Cuando un hombre de negocios es asesinado en la víspera de las
elecciones, el homicida Mohan Joshi, es detenido en el lugar de los
hechos, pero éste se las arregla para escapar unos días más tarde, durante
la cobertura mediática del proceso. Se le acusa de terrorismo y el país se
ve inmerso en un escándalo. En un intento de las empresas por asustar a
los supervivientes les hacen creer que Joshi es un asesino a sueldo
contratado por algún magnate extranjero. Más tarde, Joshi acabará en
prisión y condenado a muerte. En el día de su ejecución los periodistas
llevan una marcha silenciosa, portando la bandera nacional de la India,
esperando que Joshi haga pública la verdad.